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Wednesday, June 10, 2020

¿Marxismo o Bitcoinismo?

¡Debemos rescatar el manual del socialismo del siglo XX o buscar alternativas como Bitcoin?


Ante los graves problemas que están causando las sucesivas crisis económicas, más de uno parece estar rebuscando antiguas fórmulas de intervencionismo estatal en la economía y, por tanto, en la sociedad, para solucionar la distribución de los recursos y de la riqueza en el mundo. Y es que de todos los problemas que tenemos se responsabiliza hoy en día al capitalismo, liberalismo o neoliberalismo. 

Malas acuñaciones terminológicas aparte, primero hay que reconocer que no tenemos en la actualidad otro sistema económico mundial al que culpar que el capitalismo, ya que el comunismo se derrumbó hace 30 años. También entonces se culpaba de todo mal al sistema, cuando el mal reside en las personas. Es una especie de ceguera que tenemos los seres humanos, que no nos permite ver que somos las personas los responsables de los fallos sistémicos y no los sistemas en sí. Claro que es más cómodo, incluso lingüísticamente, decir que la culpa es de tal o cual sistema, del comunismo, o del capitalismo. Pero la comodidad jamás nos ha llevado muy lejos en la búsqueda de la verdad, que está en los detalles. Y en mirarnos al espejo. 

Lo cierto es que tanto entonces, cuando el Comunismo causó graves problemas de distribución de recursos, como en el 2008, como ahora, la culpa es nuestra, bueno, no de todos, pero de la mayoría de nosotros, que participamos en un sistema financiero. Es verdad, qué duda cabe, que el pobre Juan Medio que pide más dinero prestado del que es capaz de devolver, o lo pide en un mal momento, no tiene la misma responsabilidad en las crisis financieras que Don Ricardo Rico, que manipula los productos financieros y juega con información privilegiada. El primero es un pobre confiado mal informado que trata de realizar su sueño o simplemente salir a flote con ayuda de un banco, y el segundo es un delincuente codicioso con licencia para operar dicho banco. 


Pero, una y otra vez, cuando se produce una crisis económica, que vale tanto como decir una crisis social y de bienestar, son determinados grupos de personas con poder los que han forzado la máquina. 

Y dado que los marxistas y demás ideólogos románticos han estado callados durante tres décadas, ahora les ha llegado el turno, en algunos foros, de invocar viejas fórmulas bajo la consigna de 'ves, el capitalismo ha fallado, ya te lo dije'.  Wrong!

Repito: los que fallamos somos nosotros. ¿Pero, qué nos hace fallar? Muy simple: La falta de solidaridad y de inteligencia, o el afán de poder personal, que es lo mismo. Simplemente no estamos a la altura para gestionar los recursos de todo un planeta. En el mejor de los casos estamos aprendiendo. Tal vez necesitemos algo de ayuda, algo que nos proteja de nuestra estupidez y de nuestro egoísmo. 

Entonces, ¿cómo se nos puede ocurrir regresar a ideologías de intervención en los mercados del siglo XX que ya demostraron ser un completo desastre?  Yo no lo sé...



Lo que sí sé es que la solución a este dilema, a esta desesperación global que nos lanza de una crisis a la siguiente en ciclos cada vez más cortos, ya puede existir. Y se llama Bitcoin y blockchain o cadena de bloques. Bitcoin se basa en algo que está revolucionando el funcionamiento del mundo: una red distribuida de información con miles de copias y un protocolo que incentiva el buen comportamiento, basado en la teoría de juegos. Si no se entiende, que se lo pregunten a un gamer.  Ellos juegan en un mundo perfecto en el que las reglas del juego funcionan, recompensando a los que se esfuerzan y penalizando a los tramposos. Eso es Bitcoin

Bitcoinismo.



¿Pero cómo puede Bitcoin y la cadena de bloques evitar que tengamos otra crisis similar, causada por la mala distribución de la riqueza y el poder, que lleva al derrumbe de los mercados?  Simplemente porque nos quita el mando, nos aparta del control, que queda protegido por el código central de Bitcoin. Bitcoin es una red, que funciona como un juego online, que recompensa a los mejores jugadores que siguen las reglas, pero que trata sobre ganar dinero, usar dinero y crear riqueza.

El problema central de las últimas crisis, provocadas por burbujas financieras, ha sido y es la repentina pérdida de valor de un bien o bienes, lo que hace que un mercado colapse, ya que entra en pánico. Esta ´perdida de valor la provoca la idiosincrasia humana, cuando el miedo controla nuestras decisiones y cuando las que tomamos anteriormente no eran lo bastante prudentes. Esto se llama codicia. La codicia siempre lleva a querer más y eso lleva a manipular el flujo de recursos en nuestro favor. Bitcoin es una barrera a la codicia, al estar el flujo controlado por el código y la recompensa basada en el trabajo duro, que es minar bitcoin. Es tan simple que parece mentira, pero funciona. Pero hay que recordar que Bitcoin es igual a blockchain y blockchain es un sistema descentralizado no manipulable. Los que sueñan con derribar fronteras, han encontrado la herramienta perfecta para ello en la cadena de bloques y en Bitcoin como el máximo exponente. 

Democracia

Si queremos entender el rol de las cadenas de bloques en nuestra sociedad, tenemos que pensar en ellas como comunidades de miles o millones de personas conectadas en ámbitos transnacionales, reguladas por  mecanismos democráticos de consenso, protegidos por protocolos de inteligencia artificial  y criptografía. 

A pesar de los temores a una supuesta dominancia de las máquinas inteligentes sobre el ser humano, lo cierto es que la tendencia sobre la toma de decisiones en este siglo está claramente marcada por la inteligencia artificial y el uso de las cadenas de bloques, que, juntos, forman el luminoso tándem de la siguiente revolución tecnológica con claros beneficios para nuestra sociedad. Entendiendo claramente los riesgos de cualquier sistema y siendo conscientes de que también habrá abusos, lo importante es que esta tecnología podrá llevar a un cambio de conciencia sobre quién o qué toma ciertas decisiones y pone en marcha los mecanismos, siendo una mayor lógica el criterio dominante, en lugar de intereses parciales de grupos de poder. Porque, y esto es precisamente lo que esta demostrando Bitcoin como cadena de bloques, una vez puesta en marcha una cadena de bloques abierta, ningún grupo de interés puede alterar su protocolo, si no es por consenso general. 

Libertad


Así es como funcionan las cadenas de bloques abiertas y públicas, como excelentes herramientas democráticas. Mirando a nuestra Historia y sintiendo el eco de las sociedades que construimos a lo largo de los milenios, se hace evidente que estamos entrando en una nueva fase de regulación de nuestra convivencia, una fase que re-dibujará nuestros espacios, que serán transnacionales y multinacionales, aumentando enormemente nuestra libertad, pudiendo participar en proyectos sin una ubicación geográfica concreta, lo que re-definirá nuestra forma de interactuar. La palabra clave es consenso. 



Desde cuando la mayoría de seres humanos eran simples esclavos de las élites, y, a lo largo de los siglos pasaron a súbditos feudales y ciudadanos con derechos limitados, cualquiera que actualmente quiere llevar su vida a un nuevo nivel de participación por consenso, puede unirse en el futuro a una cadena de bloques y ser recompensado económicamente por respetar las reglas del juego de una Comunidad, que es lo que se está construyendo y en lo que se está haciendo hincapié en cuanto rasgo importante que da valor a un proyecto: una comunidad fuerte y democrática. 

La mayoría de cadenas de bloques, que actualmente se encuentran en fase de pruebas, como Cardano, Ontology, Chainlink, etc, ya ofrecen la posibilidad de participar  en sus redes de prueba y en breve será global. A través de dichas cadenas se van a ofrecer multitud de servicios gestionados por un protocolo de consenso y transacción vigilado por los desarrolladores y el propio código. Si se entiende este movimiento a fondo, se comprende también que volver a ideologías del siglo XX, y poner de nuevo en manos de una élite las decisiones que afectan a nuestras vidas, es regresar a un pasado que ya fue superado. Hay un creciente grupo de personas que están comprendiendo esto y que están formando comunidades crecientes alrededor de cadenas de bloques incipientes que prometen una vida mejor, porque son inclusivas, democráticas y lógicas, pero, sobre todo, descentralizadas. 

Por último, no olvidemos la famosa cita de Lord Acton: El poder tiende a corrompernos, y el poder absoluto corrompe absolutamente. 

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